Durante el acto por el 175° aniversario de la muerte del General San Martín en Cádiz, el embajador argentino en España, Wenceslao Bunge Saravia, cerró su discurso exclamando: “¡Viva España, viva el rey y viva la libertad!”. La frase fue criticada por considerarse fuera de lugar en un homenaje al Libertador. El episodio generó controversia en redes sociales y reabrió el debate sobre el rol de la diplomacia argentina.