La Corte Suprema de Argentina ratificó hoy la
condena por corrupción contra la ex presidenta y
actual vicepresidenta, Cristina Fernández de
Kirchner, imponiéndole seis años de prisión
domiciliaria debido a su edad y una inhabilitación
permanente para ocupar cargos públicos.
La causa se refiere a la adjudicación irregular de
obras públicas a un empresario cercano durante
sus mandatos, provocando un fuerte impacto
político: el peronismo se vio revitalizado pese a la
proscripción formal de Kirchner, y emergen disputas
internas, especialmente con Axel Kicillof .
La medida detonó movilizaciones masivas de
apoyo, especialmente de jóvenes seguidores,
mientras el oficialismo de Javier Milei festejó la
decisión. Sin embargo, de cara a las elecciones
legislativas de octubre, un peronismo movilizado
promete dar pelea política, incluso desde la prisión
domiciliaria de su líder.