El 17 de enero de 1817, el general José de San Martín marcó un hito en la historia de América Latina al dar inicio a la campaña libertadora del Ejército de los Andes. Con un contingente de 4000 hombres, San Martín emprendió una de las hazañas militares más notables y audaces: cruzar la cordillera de los Andes para liberar a Chile del dominio español y, posteriormente, llevar la lucha emancipadora hasta Perú.
La planificación del cruce fue meticulosa y demandó meses de preparación. San Martín entendía que la independencia de Argentina no estaría segura mientras los realistas mantuvieran su poder en Chile. Para llevar a cabo este plan, estableció su cuartel general en Mendoza, desde donde organizó a su ejército y los recursos necesarios para la travesía. Entre los preparativos, destacó la logística para asegurar la alimentación, el abrigo y la salud de sus hombres, así como el transporte de artillería a través de terrenos extremadamente inhóspitos.
El cruce comenzó a mediados de enero, cuando el Ejército de los Andes partió en varias columnas por diferentes pasos cordilleranos. Esta estrategia de dispersión tenía como objetivo confundir y dividir a las fuerzas realistas, permitiendo a los patriotas avanzar con menos resistencia. A lo largo del viaje, el ejército enfrentó dificultades extremas, como el frío glacial, el mal de altura y la escasez de alimentos, pero la moral se mantuvo alta gracias al liderazgo de San Martín y la convicción de luchar por la independencia.
El éxito de la campaña se evidenció pocos meses después, con la decisiva victoria en la batalla de Chacabuco el 12 de febrero de 1817. Esta victoria no solo liberó a Chile, sino que también fue un golpe estratégico clave para la causa libertadora en el continente. San Martín consolidó su fama como estratega militar y visionario, abriendo el camino para la independencia de Perú y el fin del dominio español en América del Sur.
El Cruce de los Andes no solo es recordado como una epopeya militar, sino también como un símbolo de unidad y determinación en la lucha por la libertad. La hazaña de San Martín y su ejército continúa inspirando a generaciones, representando los valores de sacrificio, coraje y amor a la patria que forjaron la independencia de América Latina.
