El 21 de enero de 1961, un hecho significativo marcó un antes y un después para la música y la cultura de Argentina. En la pequeña localidad de Cosquín, situada en el Departamento de Punilla, Córdoba, tuvo lugar la primera edición del Festival Nacional de Folklore. Este evento, que se celebró a orillas de la ruta nacional 38, no solo se consolidó como un referente del folklore argentino, sino que también contribuyó de manera fundamental al desarrollo turístico de la región.

La iniciativa surgió como un esfuerzo conjunto para promover el folklore nacional y al mismo tiempo fomentar el turismo en una zona de paisajes naturales y tradiciones ancestrales. De hecho, la elección de Cosquín como sede del festival no fue casual, ya que esta localidad tenía una rica historia en cuanto a las raíces musicales y culturales de Argentina. La idea de sus organizadores fue crear un espacio donde artistas consagrados y emergentes pudieran compartir su arte con una audiencia ávida de conocer y preservar las tradiciones musicales del país.

Desde su primera edición, el Festival de Cosquín logró una acogida masiva, que fue en aumento con cada año. La diversidad de los ritmos folklóricos argentinos, desde las zambas y chacareras hasta los valses y milongas, atrajo a miles de personas que llegaron a la localidad para ser parte de este evento único. Los artistas más destacados del género comenzaron a formar parte del festival, y fue así como Cosquín se convirtió en un lugar de referencia para la música folklórica, no solo a nivel nacional, sino también internacional.

A lo largo de los años, el festival creció en magnitud y trascendencia, convirtiéndose en uno de los eventos culturales más importantes del país. No solo en términos de música, sino también en el sentido de la identidad nacional, ya que el folklore argentino tiene una fuerte conexión con las raíces de los pueblos originarios y con las tradiciones regionales de todo el país. En este contexto, Cosquín se fue transformando en un símbolo de la diversidad cultural argentina y en un espacio para reivindicar las voces de diferentes comunidades que forman parte del entramado social del país.

Hoy en día, el Festival Nacional de Folklore de Cosquín sigue siendo una de las celebraciones más esperadas y representativas de la cultura argentina. Con más de 60 ediciones a lo largo de los años, el evento continúa no solo como un festival musical, sino como una plataforma de encuentro para artistas, turistas y amantes del folklore de todas partes del mundo. Desde su origen, Cosquín ha demostrado que la música puede ser un puente entre el pasado y el futuro, y que el folklore argentino sigue siendo una de las expresiones más genuinas de la identidad nacional.