Jorge Lanata, una de las figuras más influyentes y controvertidas del periodismo argentino, murió este domingo a los 64 años. Internado desde el 14 de junio en el Hospital Italiano, su fallecimiento marca el final de una trayectoria profesional que definió el rumbo de la comunicación en el país durante las últimas décadas.
Fundador de los diarios Página/12 y Crítica de la Argentina, Lanata también dejó una huella imborrable en la televisión y la radio, con programas como Día D, Periodismo Para Todos y Lanata Sin Filtro. Su estilo desmesurado y su insistencia en cuestionarlo todo lo convirtieron en un referente que desató fervores y odios por igual. Fue una voz incansable que destapó escándalos de corrupción en los años 90 y durante los gobiernos kirchneristas, posicionándose como un protagonista insoslayable de la escena mediática.
Polémico por elección, Lanata disfrutaba del rol de agitador. No temía las luces ni la confrontación, y muchas veces se convirtió él mismo en noticia. Su capacidad para innovar fue tanto su fortaleza como su desafío: fundó el diario Crítica de la Argentina en un momento donde los medios impresos enfrentaban su declive, apostando por lo que llamó «El Último Diario de Papel».
Además de su labor periodística, Lanata incursionó en la literatura, escribió libros de ficción y no ficción, realizó documentales, y hasta fue figura de una revista en el Maipo. Su obra y su figura quedaron marcadas por su audacia, su irreverencia y su pasión por narrar la realidad.
Con su partida, el periodismo argentino pierde a uno de sus nombres más emblemáticos. Su legado, tan amado como cuestionado, seguirá siendo parte del debate sobre el papel de la prensa en la historia reciente del país.
