Después de dos años consecutivos de sequía, el clima fue propicio para la producción yerbatera, tanto que la “cosecha gruesa” superó por más de 30% a la de 2023 y cerró con un récord histórico cercano a los mil millones de kilos. Las exportaciones aumentaron un 10%, lo que no fue suficiente para compensar una merma de 9% en el consumo interno. La sobreoferta de materia prima y la desregulación, mantienen bajos los precios de la hoja verde y se habla de suspender la zafriña.
“No tenemos lugar para almacenar ni un kilo más”, así resumió la actualidad del sector yerbatero uno de los industriales más importantes de Misiones. Los números del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) dan credibilidad a esa expresión, al punto de que la cosecha que finalizó en septiembre fue la mayor de la que se tenga registro.
Los productores entregaron más de 968 millones de kilos de hoja verde, 32% más que el año pasado, cuando se cosecharon 233 millones de kilos menos. El incremento de la cosecha responde principalmente a que el clima este año fue más propicio para el cultivo de yerba mate, con muchos días de lluvia y temperaturas relativamente elevadas durante todo el otoño, lo que permitió una brotación muy activa en las plantas.
Pero la demanda recorrió el camino inverso, lo que llevó a 2024 a ser el año con menor consumo de yerba en Argentina desde 2012. Según datos del INYM, en lo que va del año los despachos al mercado interno cayeron 9% con relación al año pasado. En los primeros nueve meses de 2024 se vendieron 18,5 millones de kilos menos de yerba elaborada, lo que implica una caída de 55,5 millones de kilos en la demanda de hoja verde.
