Una nueva experiencia puso en el aire a 8100 drones sincronizados que formaron figuras tridimensionales con luces led de colores.
La exhibición constó de una coreografía aérea en la que los dispositivos formaron intrincadas figuras como dragones, flores y diseños abstractos y diversos e hipnóticos patrones llenos de luces y colores.
Más allá de su impacto visual, el acontecimiento puso de relieve los rápidos avances de China en tecnología de drones y su capacidad para utilizarlos en espectáculos a gran escala.
Shenzhen, conocida por su innovación tecnológica, demostró ser el escenario perfecto para este acontecimiento y consolida su reputación como centro de desarrollos de vanguardia, no solo del gigante asiático, sino de todo el mundo.