El 21 de agosto de 1946, la Cámara de Senadores de Argentina aprobó un proyecto que cambiaría la historia del país. Impulsado por el Poder Ejecutivo, este proyecto se convirtió en la Ley 13.010, promulgada el 23 de septiembre de 1947, y estableció el derecho al voto para las mujeres argentinas. Este acontecimiento marcó un hito significativo en la lucha por los derechos políticos y la igualdad de género en Argentina.
La promulgación de la Ley 13.010 fue el resultado de años de lucha y activismo por parte de mujeres que, durante décadas, habían reclamado su derecho a participar en la vida política del país. Líderes como Julieta Lanteri, Alicia Moreau de Justo y Elvira Rawson jugaron un papel crucial en este movimiento, abogando por la inclusión de las mujeres en el proceso electoral.
El contexto político en el que se aprobó la ley fue clave para su éxito. Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, Eva Perón, su esposa, se convirtió en una ferviente defensora de los derechos de las mujeres. Eva utilizó su posición de influencia para presionar a favor del voto femenino, convirtiéndose en la voz de millones de mujeres argentinas que aspiraban a ser reconocidas como ciudadanas plenas. Su discurso apasionado y su incansable trabajo fueron fundamentales para lograr la aprobación de la ley.
Finalmente, en las elecciones de 1951, las mujeres argentinas ejercieron su derecho al voto por primera vez. Más de 3.500.000 mujeres acudieron a las urnas, y 23 mujeres fueron electas para ocupar cargos legislativos, abriendo un nuevo capítulo en la historia política del país.
La aprobación del voto femenino en Argentina no solo significó una victoria para las mujeres argentinas, sino que también inspiró a otros países de la región a seguir su ejemplo. Este logro fue un paso crucial hacia la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, en la que las mujeres pudieran participar activamente en la toma de decisiones y contribuir al desarrollo de la nación.