Cada 7 de agosto, en diversos lugares del mundo, especialmente en América Latina, se conmemora el Día de San Cayetano. Este día está dedicado a San Cayetano de Thiene, un santo italiano del siglo XVI que es ampliamente venerado como el patrono del pan y del trabajo.
San Cayetano nació el 1 de octubre de 1480 en Vicenza, Italia. Proveniente de una familia noble, recibió una educación esmerada y se graduó en derecho civil y canónico en la Universidad de Padua. A pesar de su prometedora carrera en el ámbito jurídico y político, decidió seguir una vocación religiosa. Fue ordenado sacerdote en 1516 y dedicó su vida a servir a los más necesitados.
En una época marcada por la Reforma Protestante y la corrupción dentro de la Iglesia Católica, San Cayetano se destacó por su compromiso con la reforma y la renovación espiritual. Junto con otros compañeros, fundó la Orden de los Clérigos Regulares Teatinos en 1524, con el objetivo de revitalizar el clero y fomentar una vida espiritual más profunda entre los sacerdotes y los fieles.
San Cayetano es conocido como el «Santo del Pan y del Trabajo». Esta devoción surge de su preocupación por los pobres y su dedicación a proporcionarles alimento y empleo. Durante su vida, fundó varios hospitales y obras de caridad, siempre buscando formas de aliviar el sufrimiento de los más vulnerables.
Su fama de santidad se extendió rápidamente, y después de su muerte el 7 de agosto de 1547, su culto se propagó por diversas regiones. En 1671, fue canonizado por el Papa Clemente X, y su fiesta se fijó el 7 de agosto, día de su fallecimiento.
En muchos países, especialmente en Argentina, el Día de San Cayetano es una fecha de gran importancia. Miles de devotos acuden al Santuario de San Cayetano en el barrio de Liniers, Buenos Aires, para pedir por trabajo y pan. Las celebraciones incluyen misas, procesiones y diversas manifestaciones de fe y agradecimiento.
Los devotos llevan espigas de trigo y otros símbolos de trabajo y sustento, y muchos hacen largas filas para tocar la imagen del santo, orar y pedir su intercesión. Este día es también una oportunidad para recordar la importancia de la solidaridad y el compromiso con los más necesitados, siguiendo el ejemplo de San Cayetano.